El queso se
merece un homenaje en forma de poesía,
al ser un alimento que cuenta con innumerables fieles seguidores, dispuestos a
hacer cualquier cosa con tal de conseguir disfrutar de su aroma o simplemente
degustar un trozo del queso más deseado.
Aquí acompaño algunas poesías compuestas para el QUESO, a lo
largo de la historia.
PRIMERA:
Centeno
"Dijo: -'Ven conmigo'-
llevóme consigo,
diome buena lumbre
como se es costumbre
en sierra nevada.
llevóme consigo,
diome buena lumbre
como se es costumbre
en sierra nevada.
Y pan de centeno
tiznado, moreno;
diome vino malo
agrillo y ralo
y carne salada.
tiznado, moreno;
diome vino malo
agrillo y ralo
y carne salada.
Y queso de cabras.
-'Hidalgo'-, dijo, abras
ese brazo y toma
un trozo de soma
que tengo guardada..."
-'Hidalgo'-, dijo, abras
ese brazo y toma
un trozo de soma
que tengo guardada..."
Juan Ruiz, Arcipreste de
Hita; Libro del buen amor (1340)
SEGUNDA:
Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón,
la bella Inés, el jamón
y berenjenas con queso.
Esta Inés (amantes) es
quien tuvo en mí tal poder,
que me hizo aborrecer
todo lo que no era Inés.
Trájome un año sin seso,
hasta que en una ocasión
me dio a merendar jamón
y berenjenas con queso.
Fue de Inés la primer palma,
pero ya júzgase mal
entre todos ellos cuál
tiene más parte en mi alma.
En gusto, medida y peso
no le hallo distinción,
ya quiero Inés, ya jamón,
ya berenjenas con queso.
Alega Inés su beldad,
el jamón que es de Aracena,
el queso y berenjena
la española antigüedad.
Y está tan en fil el peso
que juzgado sin pasión
todo es uno, Inés, jamón,
y berenjenas con queso.
A lo menos este trato
de estos mis nuevos amores,
hará que Inés sus favores,
me los venda más barato.
Pues tendrá por contrapeso
si no hiciere razón,
una lonja de jamón
y berenjenas con queso.
Baltasar del Alcázar (1530 - 1606) “Tres cosas”
TERCERA:
“Manifestó luego medio queso de Flandes y una olla de las
famosas aceitunas y un plato de camarones y una gran cantidad de cangrejos con
su llamativo de alcaparrones ahogados en pimientos”
Miguel de Cervantes Saavedra
(1547-1616) en su libro “Rinconete y Cortadillo” (1616). Se denomina "llamativos" lo que hoy en día son
las tapas, que excitaban la colambre, es decir las ganas de beber y pimientos
ahogados se llamaban porque al conservar los alcaparrones en vinagre se solía
cubrir con pimientos para impedir el contacto de los alcaparrones con el aire.
CUARTA:
“En la rama de un árbol, bien ufano
y contento, con un queso en el pico, estaba el señor cuervo”.
En la fábula de Félix María Samaniego
(1745-1801), “El Cuervo y el zorro”, el zorro, astutamente,
acabará quitándole el queso al cuervo.
QUINTA:
“Queso, poesía,
perfume de nuestras comidas,
si no te tuviéramos,
¿Qué sería la vida?”
Momselet, poeta de la gastronomía. El queso era muy importante en el
ritual gastronómico francés.
SEXTA:
“Él ordeña la leche en la herrada,
aunque tosca, muy limpia y aseada,
escogiendo con maña y prudencia,
según tiene experiencia,
las ovejas más gordas y más sanas,
y hace para cenar las migas canas.
Luego, por obsequiarme,
suele místicamente presentarme
una crecida cuenca rebosada
de creciente cuajada;
y a los perros les pone en su caldero
el abundante suero,
que en los cinchos de esparto ha
destilado
el queso de aquel día fabricado”.
Francisco
Gregorio de Salas, siglo XVIII
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